Un día uno se levanta, es feliz, se le ve feliz, disfruta feliz (y entendamos por feliz lo que tu y yo entendemos por ser feliz) y entonces su novia le suelta estas tres palabras “dime algo bonito”. Inevitablemente uno tiende, en un momento u otro de su vida, a odiar a Joaquín Sabina. No se inquieten esto no es extraño, es simplemente un síntoma de madurez.
miércoles, mayo 31, 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario