Maldita Banda!

Madrid respira, no es una respiración perfecta, pero al fin y al cabo respira y como toda respiración que se precie transmite un ritmo a veces imperceptible y a veces ensordecedor. Un ritmo personal, alimentado de oficios, relojes adelantados, motores furiosos y luz eléctrica. Un ritmo con vida social, vicios inconfesables y parientes en la periferia que no va a visitar nunca, y es que no por ser ritmo deja de ser madrileño y algunas cosas trascienden de la sociedad. Es un ritmo que procrea y tiene hijos que afinan guitarras y cargan con trastos para realimentar al ritmo, hijos que viven su propia historia de amor con amantes que no siempre les corresponden, hijos que forman bandas bajo el esfuerzo mudo que supone el no saber que pasará mañana, bandas, bandas malditas, malditas bandas.

“Ve y cuéntale a tu Padre lo que me acabas de decir, quiere ser músico dice, tu lo que tienes que hacer es hacerte un hombre y dejarte de zarandajas” y razones no le faltan a las madres, que por algo son madres y eso de que tu hijo sea un Ye-Ye no está bien visto, sobretodo cuando el Ye Ye no tiene éxito, por que si lo llega a tener no pasará un instante sin que se lo comunique a todo el pueblo, por que no veas lo que viste ser la madre de Bob Dylan, o el abuelo de Marilyn Manson, esta claro que Marilyn Manson no iría a visitarle pero ¿que más da?, seguro que el goteo no se lo quita ni dios, no hay huevos! A no ser que este en la misma residencia que los Rolling Stones… pero no creo por que los Rolling Stones no se juntan con la gente de su edad.

Por eso la decisión difícil es la de continuar con la aventura aun a sabiendas de que no es probable que trasciendas en ello, hacerlo por religión, por puro convencimiento, no continuar en ello para saldar deudas o elevar tu ego, hacerlo por que te gusta por que es algo que sabes hacer y que debes hacer. Un músico no deja de ser músico Jamás.